Las universidades de Córdoba (UCO) y Sevilla (USE) han llevado a cabo este estudio, que concluye que ante una situación de acoso escolar, un conjunto de habilidades de inteligencia emocional pueden servir para hacer frente a la agresión.
La inteligencia emocional te protege frente al acoso escolar. Esa es la conclusión a la que ha llegado un estudio conjunto de las universidades de Córdoba (UCO) y Sevilla (USE), para el que se contaron con 2.800 estudiantes andaluces de entre 11 y 21 años, que cursaban estudios desde primero de ESO a segundo de Bachillerato. El objetivo del mismo era buscar las claves para reducir el acoso escolar en las aulas.
Los investigadores han concluido que se debe reforzar el reconocimiento de emociones propias y ajenas para reducir la violencia en las aulas. Por un lado se logra que el alumnado sean conscientes de las emociones de los demás, reduciéndose así las posibilidades de ejercer la violencia. Por otro lado, se dota a las víctimas de tener una respuesta adecuada ante situaciones de violencia.
“La labor del profesor no se circunscribe a enseñar una materia, sino que también debe motivar una serie de habilidades sociales, de comportamiento y de autoconocimiento entre sus alumnos”, declaró al portal ‘Te Interesa’ José Antonio Casas, del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba.
PantallasAmigas siempre ha abogado por un enfoque de habilidades para la vida para desarrollar destrezas que permitan que adolescentes adquieran las aptitudes necesarias para el desarrollo humano y para enfrentar en forma efectiva los retos de la vida diaria. Trabajar estas competencias emocionales en el nuevo contexto digital, donde adolescentes no usan la tecnología sino que viven a través de ella, requiere un esfuerzo enorme por parte de la comunidad educativa, adaptando contenidos y metodologías, pero también por parte de las familias que deben animarse a conocer y vivir más a través de las TIC para poder educar a hijos e hijas en valores y acompañar su crecimiento personal tanto dentro como fuera de la Red.
Gestionar todas estas emociones es tarea harto difícil, y errar en nuestro intento de capacitar al alumnado en las competencias necesarias para gestionarlas complicará el esfuerzo por frenar el aumento de riesgos a los que nuestra sociedad expone a esa parte tan vulnerable de la ciudadanía, quienes en muchos casos tienen que aprender duras lecciones después de sufrir las consecuencias del ciberbullying o ciberacoso entre iguales, de la mala gestión de la identidad digital, de la arriesgada e ilegal práctica del sexting por parte de menores de edad, o de los numerosos fraudes online que facilitan las nuevas tecnologías. Os dejamos el ‘Decálogo por la ciberconvivencia positiva y contra la violencia digital”, con unos consejos muy válidos sobre el tema.