En el ciberbullying la actuación de los menores implicados es fundamental, según informe publicado por UNICEF
En este segundo post continuamos publicando datos del informe Child Safety Online: Global challenges and strategies elaborado por el Centro de Investigación Innocenti (IRC) de la UNICEF. En la primera parte nos centrábamos en el apartado que analizaba la situación de los menores frente a los potenciales riesgos de la Red (Child abuse linked to information and communication technology). A continuación reseñaremos brevemente el apartado Building a protective environment donde el equipo investigador lanza una propuesta de estructura internacional de protección para los menores online. Para los autores, dicha infraestructura debe estar basada en los siguientes pilares: Un marco legislativo que defina lo que son actividades delictivas en este entorno. La capacidad para poner freno a los abusadores potenciales y para perseguir a los delincuentes. Y medidas proactivas para restringir e inhibir el acceso a las imágenes de abuso a menores. Este marco apuntaría a cuatro objetivos principales: Empoderar a los niños y promover su resiliencia. Acabar con la impunidad de los abusadores. Reducir la disponibilidad del material nocivo de Internet. Promover la recuperación de los niños víctimas de abusos y otros daños. Empoderar a los niños y promover su resiliencia frente al daño En los medios es habitual que se identifique a los menores, especialmente a las niñas, como víctimas potenciales de estos riesgos, caracterizándolas con poca agencia, es decir, con poca capacidad de actuar al respecto de dicho riesgo. Sin embargo los estudios realizados en diversas partes del mundo indican que en el grooming y en el ciberbullying
Seguridad en las Redes Sociales
¿Nuevos riesgos con las Redes Sociales? Para empezar, conviene señalar que las Redes Sociales no son las culpables, como se tiende a apuntar, no en último extremo. Se trata simplemente de una evolución de Internet donde confluyen una serie de servicios que ya venían existiendo, como la mensajería instantánea y la edición de blogs (con Messenger y Fotolog a la cabeza). Cierto es que hay otras opciones nuevas de alto valor añadido y potencia, pero en esencia estamos hablando de datos personales, de contacto con otras personas y de edición de contenidos. Nada nuevo antes de las Redes Sociales. Internet no es sino una gran Red Social y éstas subconjuntos a medida de la misma. Lo que sí es cierto es que, por su finalidad, estas plataformas invitan a la participación activa, esto es, a conocer otras personas (formando la Red), a “subir” contenidos (cada vez más audiovisuales) tanto propios como ajenos, que además van trazando los perfiles e intereses de cada cual. Y en demasiadas ocasiones priorizan “su negocio” frente al de sus usuarios, en especial, de los menores, buscando tener más datos para vender y cruzar, intensificando al extremo las opciones de “conectarse con otra persona” incluso de forma transparente para el usuario, imponiendo condiciones de uso abusivas, potenciando indiscriminadamente las afiliaciones automáticas para ganar impactos publicitarios por volumen de usuarios. Y en este punto habría que sacar a colación el “interés superior del menor” promovido por la Convención de los Derechos del Niño y la responsabilidad legislativa