Entrevista con Jorge Flores en las jornadas sobre ciberbullying celebradas en Vitoria-Gasteiz
Uno de cada seis niños sufre ciberbullying, según encuestas españolas. Los casos de adolescentes que se quitan la vida tras haber sufrido un pertinaz acoso en las redes sociales son más comunes de lo que se cree. Hay personas que se hacen pasar por otras, utilizan su perfil para insultarlas y crear rumores falsos o un ambiente en su contra. O cuelgan una foto de alguien y hacen comentarios hirientes. Jorge Flores (Portugalete, 1968), fundador y director de la organización Pantallas Amigas, es uno de los expertos que estos días reflexiona con educadores y padres sobre el alcance de este nuevo fenómeno, el acoso escolar de siempre ampliado a las redes sociales. — ¿Por qué ha crecido tanto este fenómeno en los últimos años? — Llevamos trabajando desde 2004 y la primera guía la hicimos en 2006. Aumenta por simple probabilidad. Hay más personas interactuando en el ciberespacio, y por lo tanto más ocasiones para el conflicto. Los chavales usan internet desde edades más tempranas, más horas al día y desde lugares diversos, en casa, en el centro escolar, quizás en la calle. — ¿Las redes son las culpables? — No. Pero exigen un mayor nivel de convivencia. Internet era un espacio donde convivíamos. Cuando llegan las redes sociales donde antes había cuatro ocupantes en una vivienda ahora estamos ocho. Nos obliga a estar más juntos, lo que provoca dos consecuencias, la pérdida de privacidad y el aumento de los conflictos. No es lo mismo una vivienda con cuatro ocupantes
«Es difícil ubicar la línea entre la simple molestia y el delito en el ciberbullying»
La abogada estadounidense Parry Aftab, que visitará San Sebastián el próximo mes de Mayo para participar en el Congreso Ciudadanía Digital, concedió esta semana una entrevista a Diario Vasco. Extraemos de la misma algunas de las declaraciones más interesantes de esta experta en seguridad de los menores en Internet, y que dirige WiredSafety.org, una ONG pionera en este área y que cuenta con 11.000 voluntarios en 76 países: Los jóvenes están utilizando sus teléfonos móviles para cientos de cosas pero principalmente para relacionarse entre ellos. Entran en internet, se mandan mensajes, actualizan sus perfiles de Facebook o Tuenti, pero también se mandan fotos con contenido sexual. El problema es que los padres no ven lo que sus hijos están haciendo con sus móviles, sus ordenadores o sus videoconsolas. (…) ahora hay peligros que no conocemos, los padres no conocen lo suficiente sobre nuevas tecnologías como para ayudar a sus hijos a estar protegidos. (…) Los jóvenes pueden hacerse daño a sí mismos simplemente escribiendo en Facebook algo que luego pueda arruinar su día, su semana o el curso entero. También pueden hacerse daño entre ellos y por supuesto pueden ser molestados por terceras personas. (…) En el caso del cyberbullyng es difícil saber cuándo pasa esa línea en la que deja de ser un mensaje molesto y pasa a ser una amenaza real y se convierte en algo criminal. (…) Últimamente se está dando mucho algo que podría llamase abuso [maltrato] digital’: parejas demasiado celosas que quieren saber en todo