El Parlamento de Galicia inicia el trámite de una ley de convivencia escolar que abordará el ciberbullying
Según el proyecto de ley admitido ayer miércoles 27 a trámite, el ciberbullying será abordado por las autoridades educativas también cuando suceda fuera del recinto escolar, siempre y cuando la relación entre víctima y abusón se haya iniciado en el centro o simplemente tengan que ver con la actividad escolar: Para os efectos desta lei, considérase acoso escolar calquera forma de vexación ou malos tratos continuados no tempo dun alumno ou dunha alumna por oatro ou outra ou outros, xa sexa de carácter verbal, físico ou psicolóxico, incluído o illamento ou baleiro social, con independencia do lugar onde se produza. Terán a mesma consideración as condutas realizadas a través de medios electrónicos, telemáticos ou tecnolóxicos que teñan causa nunha relación que xurda no ámbito escolar. (…) As condutas realizadas mediante o uso de medios electrónicos, telemáticos ou tecnolóxicos que teñan conexión coa actividade escolar considéranse incluídas no ámbito de aplicación desta lei. Según se indica en la Exposición de motivos del proyecto de ley, el texto pretende prestar especial atención al acoso escolar mediante TIC aunque en su articulado no se describen acciones específicas. Se determina que los centros contarán con un protocolo de prevención y actuación sobre el bullying pero no se indica si contará con un protocolo especial sobre ciberbullying. La ley pretende fijar los derechos y deberes de alumnos, profesores y demás personal escolar al respecto de la convivencia, extendida también implícitamente al ámbito de la ciberconvivencia.
Unanimidad en el Parlamento de Galicia contra el ciberbullying
Los grupos parlamentarios gallegos acordaron hoy por unanimidad pedir a la Xunta un plan de información, prevención y detección del ciberbullying, así como la proyección de una campaña de sensibilización y concienciación para jóvenes sobre el uso y riesgos de las nuevas tecnologías. Solicita además el establecimiento de un punto de información y ayuda a las víctimas de acoso por Internet y a sus familias, así como un web que advierta de contenidos nocivos, aconseje a los padres acerca de ellos y ofrezca información de sistemas de filtrado. Los grupos parlamentarios abogaron también por que se realicen actividades para asociaciones de madres y padres de alumnos que permitan incrementar su grado de conocimiento en los usos de nuevas tecnologías, y por un programa de formación del profesorado habrá de adoptar una actitud proactiva sobre la utilización de las nuevas tecnologías por el alumnado para reducir las amenazas y contribuir a la formación de una ciudadanía digital responsable. Entre los problemas de los que advirtieron los parlamentarios gallegos está acceso de menores a webs pornográficos, violentos o xenófobos, la facilitación de datos personales, y enlaces a través de los que contactaron e incluso se citaron con desconocidos. También incidieron en la brecha digital importante que existe en Galicia y el desconocimiento total en esta materia de la comunidad educativa, el profesorado y los padres. Abogaron por tanto por la alfabetización digital en Galicia pero sin ponerle puertas al campo. Fuente: ABC
Los centros piden medidas contra el acoso en la red a profesores
La vieja broma pesada que antes se escribía en la pizarra, o se transmitía en un papel arrugado de pupitre en pupitre, ahora pasa al ciberespacio: el acoso a los profesores. Hay centros que reclaman “un protocolo” para saber cómo actuar cuando se descubre el problema y una especie de “ciberinspectores”.. En uno de los institutos más señeros de Vigo, varios estudiantes crearon una web para decir de los profesores lo que nunca les dirían a la cara. Según el director del centro, empezaron “poniendo a caldo” a uno de los docentes y luego, al comprobar el éxito que tenían los insultos entre el alumnado, dispararon en otras direcciones. “Era una página abierta en la que podía entrar cualquiera. Algo durísimo. Se metían con los profesores y también con algunos compañeros. Se reían, por ejemplo, de sus enfermedades y desgracias personales, todo lo sacaban a relucir sin el más mínimo pudor”. En el instituto todo el alumnado estaba al tanto y visitaba la página. Un día, por casualidad, se enteró un profesor y éste alertó al director. Se abrió una investigación interna y se identificaron estudiantes de varias clases como implicados. “Se les abrió expediente disciplinario y se resolvió con un cambio de centro”. La expulsión definitiva de un puñado de alumnos surtió efecto: ha pasado el tiempo, y la dirección reconoce que los estudiantes tienen blogs y participan en foros diversos de Internet, colgando fotos y haciendo comentarios, pero no le consta que haya “despellejamiento”. El instituto de un